lunes, 4 de febrero de 2008

El milagro del Sacromonte


El día 1 será San Cecilio, fiesta grande en la ciudad y en el barrio del Sacromonte. Cuando vienen a Granada familiares o amigos, me gusta enseñarles el conjunto monumental de la abadía y las santas cuevas. No es lo más típico de Granada, pero es un lugar con una historia lo suficientemente original para justificar una visita a nuestra ciudad. He comprobado que muchos granadinos desconocen la historia de este sitio (pregunte a sus compañeros de trabajo qué son los libros plúmbeos). Esos libros, descubiertos en el siglo XVI, son unas curiosas planchas redondas, de plomo que contaban historias de los primeros cristianos, discípulos de los Apóstoles, que habitaron Granada en época romana. Estos descubrimientos crearon un estado de euforia religiosa en la ciudad. Sin embargo, años después se demostró que aunque efectivamente había noticias de esos cristianos que habitaron en la ciudad, las planchas eran una falsificación, posiblemente inventada por un morisco. En ellas se decía, por ejemplo, que esos discípulos eran de raza árabe, para hacer más amable la figura del morisco o se hacían afirmaciones teológicas confusas que parecían querer conciliar la fe cristiana y las creencias musulmanas. Este suceso me parece una metáfora de la historia de la Iglesia. Se prefirió la verdad a un fervor popular basado en algo falso. Y como fruto de ese amor a la verdad, se produjo el milagro y del engaño se sacó un gran bien. Los cristianos de la ciudad recordaron sus orígenes, crearon una gran abadía, foco de evangelización y cultura desde la que se ha realizado durante siglos una gran labor social con las personas desfavorecidas que durante mucho tiempo han vivido allí en una situación de pobreza y falta de atención educativa.

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